
Sí, ya es real el sueño de Pau Gasol, casi el último que le quedaba por cumplir a un jugador que lo ha conseguido prácticamente todo. Este era su gran reto y su gran sueño, el de todo el baloncesto español. Y este era el sueño de Kobe Bryant, del maestro zen, del cabal Fisher, del explosivo Ariza o del talento desbordante y discontinuo de Odom. Este es el anillo de todos ellos. Y el de Jack Nicholson, Magic Johson, Kareem, el viejo Forum, el show-time...es el anillo, el número 15, de toda la imaginería que viste de púrpura y oro y alimenta tantos sueños. El anillo de la venganza, el que borra el amargo sabor de la derrota, del trompazo de 2008.
Quizá hubieran preferido los clásicos, incluso los propios jugadores, que el rival hubiera sido Boston. ¿Importa demasiado? Seguramente no. ¿Seguiremos dudando de este equipo incluso ahora que ya es campeón? Tal vez sí porque parece santo y seña del ADN de esta plantilla. Los críticos con Kobe, tantos y tantos; los que han criticado con saña a este equipo de desmayos y desapariciones en los partidos, tantas veces disperso, bipolar, con el estigma de campeón siempre en tela de juicio. Pues hoy, 14 de junio de 2009, los Lakers son campeones. Con su rotación tan limitada y con sus confusiones entre el show-time y el Kobe-sistema... pero campeones. Queda y quedará lo bueno, ahora y para la historia. Queda el nombre del campeón 2009: Los Angeles Lakers.
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